Un silencio envolvió el lugar, un camino
abriéndose a su paso, la luna brillaba con benevolencia acunando a los
durmientes, la paz reinaba en aquel sitio, los rayos plateados iluminaban ese
camino lleno de oscuridad, en un momento se sintió perdido, triste y desolado,
pero siguió avanzando, sus pasos lo guiaron a aquel mar frente a él, anhelando
el bello paisaje que se abría ante el, mágico y de ensueño, las olas iban y venían
en un dulce y suave vaivén, casi podría decirse que mecían a los peces entre
sus brazos, velando sus sueños e ilusiones, la arena se metía entre sus dedos enterrándolos
en una manejable y tersa calidez, sentía una tranquilidad mecerlo y envolverlo
aun más, sin saber, se sentó en la arena permitiéndose inhalar aquel aroma
salado del mar, esa exquisita sensación de las olas chocando sobre sus pies acariciándolo
gentilmente.
El tiempo parecía detenerse y el no se había dado cuenta, se cuestionaba observando la luna que brillaba en el firmamento:
El tiempo parecía detenerse y el no se había dado cuenta, se cuestionaba observando la luna que brillaba en el firmamento:
-¿Donde estoy?... ¿Que es este lugar?... ¿Quien
soy?
De pronto una sensación de perdida inundo su pecho, ese extraño sentimiento de que algo le faltaba no lo dejaba, miro al cielo contemplando aquella luna miga inseparable, hipnotizándolo con su luz, sin percatarse lagrimas comenzaron a caer sobre su rostro delineando sus mejillas...
- ¿Quien soy?, se volvía a preguntar, -¿Dime
por favor?
En aquel basto mundo una soledad pero al
mismo tiempo una calidez de familiaridad le invadió...
Perdido, así se sentía,
pequeño y temeroso ante el mundo que se exponía ante el, el porqué, no lo sabía, algo le faltaba y lo
sabia, pero poco a poco sus fuerzas se iban, esa sensación se acunaba en su
pecho, el desespero lo embargo, pero poco a poco seso.
Agotado, dejo su
mente divagar, perdiéndose en esos recuerdos que le acometían, un rostro que no
conocía, una sonrisa que anhelaba, una caricia que recordaba, pero, ¿Donde
estaba?
Porque veía el
mundo pasar ante sus ojos y el seguía ahí, inmóvil, esperando, viendo el sol
meterse y la luna asomarse, viendo su
vida irse en un suspiro lleno de sueños e ilusiones rotas y vacías, su vida se
iba de sus manos y no le importaba, eso que perdió ya nunca lo tendría, después
de todo, ¿si no lo recordaba era porqué no le intereso? O ¿sí?
¿Pero, porqué quería
tenerlo de regreso?
Porque sentía que
sin ello nada valía la pena, el cansancio consumió su alma, la angustia de
sentirse solo en ese sitio lo hundía minuto a minuto, acariciando las suaves
olas con sus dedos largos una lagrima cayo al mar perdiéndose en el infinito.
- El día que la
recupere, será el
día que vengas por mí. Y el día que deje de soñar. Ven por mí,
despiértame de este sueño, no me dejes solo por favor, mi alma pide por ti…
Olvido recordarme…
susurro al viento, sintiendo la suave brisa acariciar su cabello, cerrando los
ojos escuchando la tranquilidad del mar, sintiendo esa brisa abrazarlo y susurrándole
gentilmente al oído “no estas solo”
-DongHae… un
susurro llego a su corazón, su alma vibro, cierta melancolía se removió inquietándolo,
¿Quién es DongHae?, debe ser alguien muy querido para que le vengan a buscar.
-DongHae… - se volvió
a escuchar, observo a su alrededor pero no había nadie
- ¿Quién eres? ¿Porqué le
buscas?- Cuestionaba al aire escuchando el susurro de aquel nombre y aquella
voz que removía su melancolía transformándola en calidez, inquietando su
corazón.
-¿Quién eres?...- volvió
a susurra viendo la luna reflejarse en el inmenso mar.
De pronto una gota
de agua cayó en su mejilla, haciéndole elevar el rostro al cielo contemplando
la luna que lo iluminaba mientras gotas de lluvia le bañaban.
-¿Vienes por mi?-
cuestiono dejando que el agua bailara en su rostro.
-Pecesito, regresa
por favor… -esa voz cargada de melancolía se escuchaba a su alrededor, llena se sufrir y pesar, se
preguntaba, ¿Quién era ese tal
DongHae que esa persona buscaba?, ¿por que su
voz se escuchaba cargada de dolor?
-¿Por qué nadie iba
consolaba esa alma que sufría?
-Pero, quien te
consolara a ti pecesito… susurro la luna iluminándolo por completo, mientras la
lluvia seguía cayendo.
-No importa, sólo quiero ir con él.
-¿Aunque no le
recuerdes?- volvió a susurrar
-Aunque no sepa
quien es, quiero ir, por favor, déjame estar a su lado…- pidió.
-Esta bien, iras
con él, crearas nuevos recuerdos, la vida te volverá a iluminar, la soledad ya no estará en tu
corazón, ve y se feliz, recupera tu tesoro… y nunca más permitas que nadie te
lo arrebate… ve mi pecesito, deja esta soledad en este inmenso mar y sal a
nadar al mundo, abandona los sueños y cúmplelos.
-Yo cuidare tus recuerdos, para que él día que encuentres tu tesoro, regresen a ti, tu alma nunca olvidara, solo dormirán y cuando estés preparado para amar, ese día tus recuerdos regresaran, pero hasta que no llegue ese ser especial, tus recuerdos se quedaran en este inmerso mar, nadando y esperando por que vengas por ellos, así que no tardes, ve y deja de soñar...
La lluvia siguió cayendo y un rayo ilumino el firmamento, cegándolo con su luz mientras un estruendo trueno retumbo en aquella tranquilidad, ofuscado cerro los ojos y espero a que la luz le dejase ver, encontrándose con un ser de sonrisa radiante, aquel rostro, ¿donde lo había visto.
-Despertaste... le sonrió y observo como las lagrimas recorrían sus mejillas, una calidez lo embargo al escuchar aquella voz y esa sonrisa le hizo palpitar el corazón de alegría, ¿porque? no lo sabia, pero lo descubriría...
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